Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

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100348
Legislatura: 1893
Sesión: 8 de Junio de 1893
Cámara: Senado
Discurso / Réplica: Réplica
Número y páginas del Diario de Sesiones: 45, 664-665
Tema: Tarifas de los ferrocarriles

El Sr. Presidente del CONSEJO DE MINISTROS (Sagasta): Pido la palabra.

El Sr. PRESIDENTE: La tiene S. S.

El Sr. Presidente del CONSEJO DE MINISTROS (Sagasta): Aunque el Sr. Marqués de Villamejor hubiera tenido la bondad de anunciarme especialmente la interpelación que iba a dirigir a mi compañero el Sr. Ministro de Fomento, me hubiera sido difícil contestarla, por las muchas cuestiones que ha envuelto en lo que yo creo es idea principal de S. S., y es, la de las tarifas de los caminos de hierro en la parte del distrito de Linares. De manera, que mucho menos le puedo contestar cuando no tenía noticia ninguna de que iba a explanar semejante interpelación. Y yo, que no quiero dar pasos en falso, no me atrevo a decir a S. S. nada. Lo único que puedo prometerle es, recomendar a mi compañero el Sr. Ministro de Fomento el asunto que S. S. ha venido aquí a exponer, para que lo resuelva en justicia, si es que está en su mano el resolverlo, porque quizá no todas las cosas que S. S. ha manifestado las podrá resolver. Las Compañías tienen su derecho en la cuestión de las tarifas, y como no sea de convenio de acuerdo con ellas, no creo yo que sea dable variar ciertas y determinadas condiciones en las mismas, porque a las Compañías les asiste el derecho de establecer las tarifas que estimen por conveniente, dentro de los límites señalados en la ley de concesión.

Pero en fin, repito, dentro de las atribuciones del Gobierno, yo lo que puedo hacer a favor de las mercancías, a favor del tráfico, a favor del comercio, a favor de la industria, y hasta a favor de S. S., que es un gran industrial también, es recomendar el asunto.

Por lo demás, S. S. que ha tocado muchas cuestiones en este punto, dice que el Gobierno no hace nada como no sea imponer contribuciones. Algo más hace que imponer contribuciones; pero, aparte de eso, créame S. S. que le es muy doloroso al Gobierno imponer contribuciones, y que quisiera no imponerlas nunca, ni aumentar los sacrificios, ya harto pesados, que el país tiene que soportar. Mas ya sabe el Sr. Marqués de Villamejor la situación de nuestro Tesoro y la necesidad en que el Gobierno se encuentra de ver si lo saca de la postración en que se encuentra, para lo cual no habrá más remedio que [664] imponer sacrificios, como tampoco habrá más remedio que resignarse a sufrirlos y a soportarlos, si es que hemos de sacar de una vez para siempre a este país del estado de abatimiento en que se halla, sobre todo por la penuria de su Tesoro. Y como el señor Marqués de Villamejor es un gran patriota y es un buen español, y quiere ver a su país levantado y el crédito de la Nación española también levantado, espero que S. S. ayudará al Gobierno hasta en esto de imponer contribuciones, si ellas son necesarias para nivelar nuestros presupuestos y sacar al Tesoro del estado angustioso por que desgraciadamente atraviesa.



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